La entrada de hoy es algo diferente a lo que acostumbro publicar en el blog. Pero como suelo ser una pesada con el tema de la casquería, y el domingo salimos tan entusiasmadas y bien nutridas, se me ocurrió que podíamos compartir la experiencia con todos vosotros. Y así daros una pista de dónde podéis disfrutar de la mejor cocina de este género en Madrid.

Además, el de hoy es otro guest post, con una invitada de lujo: mi madre, Monique. ¡No me extiendo más, que hoy lo interesante os lo cuenta ella!

XVI JORNADAS GASTRONÓMICAS DE CASQUERÍA
MESÓN DE DOÑA FILO
del 21 al 30 de noviembre

Una experiencia gastronómica y humana inolvidable

¿Cómo describir con palabras el cúmulo de sensaciones que te atrapa nada más entrar en el restaurante? Es un espacio íntimo, de tan sólo 9 mesas, puesto con sencillez y elegancia. Y con un ambiente familiar que te hace sentir relajada, como si estuvieras en tu propia casa. Además, esta impresión viene reforzada por la cálida acogida de Inma, la encantadora propietaria de este rincón mágico.

Una vez que estás sentado, después de unos minutos, empieza el espectáculo. Un largo desfile de manjares. Por ejemplo, combinaciones de casquería con productos del mar, en una comunión de sabores original y sabrosa. Pero eso no es todo. Cuando te trae el plato, la simpática María, que no deja de moverse, incansable, de mesa en mesa, con su maravillosa sonrisa, algunas veces te lo explica. Y otras te deja que descubras su misterio por ti mismo.

La casquería como nunca antes la habías probado

Mezclas tan dispares como sesos de cordero con erizos de mar y coles (indescriptible este plato de lo bueno que estaba). O bien raya con crestas de gallo y setas. En este plato el pescado estaba jugoso, tierno, con el sabor de mantequilla a flor de piel, que me recordó mi infancia. Por no hablar de los callos de cordero con carpaccio de pulpo, perfectos y en su punto justo de picante. O de las mollejas de ternera con alga nori, fantástica y muy acertada combinación de sabores. Sin olvidarnos del civet de sangre con bogavante, sorprendente.

Y un largo etcétera que no os quiero desvelar. Porque aparte de que tenéis las fotos, es una gozada dejarte sorprender cada vez que te traen un nuevo plato. Además, si no me equivoco, creo que a lo largo de las jornadas van cambiando algunos de los platos del menú por otros. Aunque seguro que serán todos igual de sabrosos.

Ah, y una mención especial a uno de los dos postres: torrija de crema fresca, con su helado de torrija. Es una auténtica pasada (nota de Edurne: doy fe. Y es cierto que puede ser «poco paleo». Pero no puedo ni explicar de qué manera disfruté de todos y cada uno de los bocados que le metí a aquella torrija. De hecho, me he quedado con ganas de volver a probarla).

Mucho más que casquería: el valor humano del Mesón

Después de la comida, satisfechas y emocionadas, hablamos con Inma. Ella es la dueña y alma de este pequeño paraíso gastronómico, quien, con lágrimas en los ojos, nos decía lo maravilloso que era tener la suerte de trabajar en algo que te encanta. Y al mismo tiempo poder hacer feliz a la gente.

De hecho, sus palabras transmitían asimismo todo el cariño y mimo que ponen. En primer lugar, desde la cocina sus dos fantásticos chefs, Julio Reoyo y Javi Estévez, en la creación y elaboración de los platos. Y en segundo lugar, cuando los platos llegan a la mesa para deleite de nosotros, los afortunados.

Pero no voy a extenderme más para que os dé tiempo de reservar mesa antes de que se acaben las jornadas de casquería. En concreto, el próximo domingo, día 30. ¡Eso si es que aún queda alguna! Pero si no puede ser para este año y no os lo queréis perder el año que viene, podéis dejar vuestros datos y os avisan.

De todas formas, fuera de estas jornadas, tienen dos menús degustación (que también suelen incluir platos de casquería). Y después de esta experiencia, no me los pienso perder.

Gracias Javi (y Julio, y compañía), por tanto placer culinario