Al parecer, cada año toca inventarse un plato estrella de coles de Bruselas. El invierno pasado era una ensalada tibia de coles cortadas estilo “coleslaw”. Y ligeramente rehogadas con cebolleta, pecanas y un rico aliño de mostaza. Este año parece que la ganadora ha sido la que voy a compartir hoy con vosotros. Y es lo que tiene vivir estacionalmente. Tu cuerpo te pide a gritos los productos de temporada según estos van cambiando.
Además, esta receta reúne dos de esos ingredientes típicos de otoño. Y según se acaba el verano, me encuentro contando los días que faltan para poder servirlos en mi mesa: las castañas y las coles de Bruselas.
Las coles de Bruselas: una verdura especial
Las coles de Bruselas llevan íntrinseco ese factor de amor-odio. Si a un grupo de personas les propones comerlas, aproximadamente un tercio te mirará con cara de asco y exclamaciones de horror. Mientras que otro tercio se preguntará a qué viene tanto revuelo. Y el último tercio cogerá una sartén y se irá corriendo a la cocina.
De pequeña no recuerdo haber comido esta verdura en demasiadas ocasiones. No fue hasta que me fui a estudiar a Londres que comprendí el odio que se podía llegar a sentir hacia un alimento. Y ahora, unos cuantos años más tarde, he comprendido que el problema no necesariamente reside en la verdura en cuestión. Sino en la forma en la que habitualmente se cocina.
Técnicamente se podría describir como un cocimiento re-cocido. Hasta que las coles de Bruselas quedan blandas y con un ligero olor a azufre. ¿Apetecible? Yo creo que no.
¿Sabes cómo elegir las coles de Bruselas?
Es cierto que las coles de Bruselas pueden resultar amargas si no se cogen en el momento adecuado. Las mejores son las jóvenes y pequeñas. Y si se cosechan después de un par de heladas, todavía mejor.
Incluso existe una explicación genética de por qué a algunas personas les encantan las coles de Bruselas. Mientras que otras preferirían comerse la suela de un zapato en su lugar. Se han llevado a cabo investigaciones en las que se afirma que una cierta mutación genética es la responsable de que nos gusten o no.
Pero antes que echarle la culpa a nuestro ADN, tengo otra sugerencia: vamos a intentar cocinarlas mejor. Y luego decidimos. ¿Hace?
Receta: Coles de Bruselas asadas con bacon y castañas
Este plato es muy sencillo de preparar y es ideal para acompañar un pollo asado o una paletilla de cerdo asada lentamente. Además, las castañas las puedes asar con anterioridad y guardarlas hasta un par de días en la nevera. Y si has cogido muchas, incluso las puedes asar, pelar, envasar al vacío y congelar.
Por otro lado, las tiras de bacon le dan un toque crujiente y un delicioso sabor (ya sabías que todo sabe mejor con un poco de bacon, ¿verdad?). Y si te gustan los chips, no tires las hojas externas de las coles después de limpiarlas. Ya que, en un abrir y cerrar de ojos, las puedes convertir en un tentempié improvisado.
- 50 gr de bacon, cortado en tiras o en dados
- 2 chalotas o 1 cebolla pequeña, picada
- 500 gr de coles de Bruselas, limpias y cortadas a la mitad
- ½ a 1 taza de castañas, asadas y peladas
- 1 ramita de tomillo fresco, sólo las hojas
- ¼ vasito de caldo de pollo
- Sal y pimienta, al gusto
- Precalentar el horno a 220 ºC.
- Calentar una sartén apta para el horno a fuego medio y cocinar el bacon hasta que se quede crujiente, unos 8 minutos.
- Añadir las chalotas y rehogar aproximadamente 2 minutos, hasta que estén transparentes.
- Subir el fuego y añadir las coles, las castañas, el tomillo y el caldo. Salpimentar y remover bien con una cuchara de madera.
- Meter la sartén (o recipiente refractario) en el horno unos 25 minutos, removiendo con la cuchara a media cocción, hasta que las coles estén tiernas.
- Servir inmediatamente.
Pues yo no he vuelto a comer coles de bruselas desde pequeña porque tengo muy mal recuerdo, no me gustaban nada. Pero de momento todas tus recetas me han encantado, así que voy a probar con esta a ver si me reconcilio con ellas. En las fotos tiene una pinta increíble y viniendo de ti no me espero otra cosa! Muchas gracias por compartir.
Hola, Sofía! Espero que las pruebes, porque si te tienes que reconciliar con ellas, seguro que tiene que ser con una receta así!
Saludos!
Nunca había pensado en asar las coles de Bruselas… las he salteado, hervido… pero asar!!! gran idea, Eva. Me permito añadir unos ajitos «con camisa» para que no se tuesten demasiado en el horno. Luego se pelan y quedan suaves y deliciosos. GRACIAS!!!
Suena fenomenal con los ajitos!!
Espero que te gusten, Aixa!
Pues también ha sido una sorpresa para mi, aunque a mi si me gustan, y así cocinadas estarán de premio.
Qué clase de sartén has utilizado para este plato?
Muchas gracias
Hola, Roser! Sí que están buenísimas así, en serio, esta temporada he perdido la cuenta de las veces que las he cocinado así.
La sartén que he utilizado es una de hierro esmaltado de Le Creuset.
¡Un abrazo!
Este finde las he hecho y nos han gustado a todos, incluso a mis hijos de 12 y 9 años!
Gracias por la receta, nunca las había cocinado así y desde ahora siempre voy a hacerlo, porque de otras maneras no nos gustaban.
Sara, me alegro muchísimo! Y que les hayan gustado incluso a tus hijos ya es un logro, pues los niños no suelen ser muy amigos de las coles!
Hola Eva, ¿donde puedo encontrar «bacon» que no lleve lactosa o azucares?
Gracias.
Hola Sotereta,
Biobardales comercializa un bacon ecológico adobado cuyos únicos ingredientes son panceta de cerdo, pimentón, ajo, orégano y sal.
Gracias Eva! Ya consumo otros productos de esta marca, no sabia que tenian Bacon también. La sobrasada de esta marca está de muerte. Intentaré conseguirlo!
Precisamente hace un rato me he hecho unas especie de crepes untadas con esta sobrasada que hacía tiempo que no comía! 😉
El bacon te va a encantar, está muy bueno.
¡Hola!
llevo unos días recorriendo tu blog, picoteando por aquí y por allá sigilosamente, pero esta receta me obliga a hacer acto de presencia: dos de mis amores de otoño (el tercero es la granada) en una única receta. Me has robado el corazón 🙂
¡Esta noche caen!
Enhorabuena por el blog y por tu trabajo. Estoy impaciente por sumergirme en la lectura de Weston Price.