Salud emocional, fatiga adrenal y enfermedades crónicasCuando se trata de salud emocional, muchas veces nos olvidamos de un aspecto muy importante: hay que trabajarla a diario. De hecho, el agotamiento y la depresión no aparecen de repente por circunstancias, dificultades o retos imprevistos. Por el contrario, al igual que lo hace una planta, van creciendo en una tierra emocional. Una tierra que a menudo está arraigada en un sentimiento de impotencia y miedo al rechazo. Que no solo está conectada con nuestro sistema nervioso sino que se puede remontar hasta la infancia.

¿Qué relación tiene la salud emocional con la salud en general?

Como terapeuta, pienso que no podemos sanarnos de verdad y recuperar nuestra vitalidad y energía si ignoramos este componente tan esencial para nuestro bienestar. Si nos olvidamos de nuestra salud emocional.

Es más, si llevas un tiempo por aquí ya sabes la importancia que le doy a la alimentación y a la comida real. Por tanto, ya sabes que es una pieza fundamental para recuperar y mantener tu salud. Y también eres consciente de lo importante que es mantenerse activos físicamente.

Pero supongo que te has dado cuenta de que la cosa no acaba ahí. Y, por desgracia, es donde suelen dejarlo muchos profesionales de la salud (si es que llegan a eso). 

Además, si tienes fatiga adrenal, hipotiroidismo, una enfermedad autoinmune o cualquier otra enfermedad crónica, es muy posible que sientas que “lo estás haciendo todo bien”. Pero no consigues encontrarte mejor. Es como si algo no terminara de encajar, ¿verdad?

Salud emocional: la pieza que falta en el puzle

Esto puede ser porque te falta otra pieza fundamental. Incluso me atrevería a decir que lo que te falta es la base de todo lo que ya estás haciendo para recuperar tu energía, equilibrio y salud.

Es cierto que la nutrición, el movimiento y la suplementación dirigida forman parte de un programa reparador de nuestro cuerpo físico. Pero si ignoramos nuestra salud emocional, es muy posible que incluso aplicando todos estos métodos obtengamos resultados que no pasen de mediocres.

No trates los síntomas. Trata la causa de tus problemas emocionales

Otra cuestión que tenemos que tener clara está relacionada con los medicamentos y suplementos. Complementos que tomamos para “apagar” síntomas como los de la depresión y la ansiedad. O bien que usamos para poder dormir por las noches. Pero que no no corrigen el problema real subyacente.

No es que yo sea anti-medicamentos. Al contrario. Son muy importantes en casos agudos. E incluso en ciertas circunstancias y enfermedades te pueden salvar la vida. Pero también opino que en general se recetan una cantidad excesiva de medicamentos. Sobre todo para trastornos en los que sería mucho más positivo comenzar por trabajar nuestra salud emocional.

La dieta es importante pero no es la única herramienta

Además, a la hora de tratar estos problemas también es muy importante la alimentación. Pero eso no significa que tengamos que comenzar con unas recomendaciones dietéticas sin más. En especial, si tenemos en cuenta que en muchos casos puede existir una adicción a la comida, un TCA, una dependencia al azúcar o patrones de alimentación emocional.

Como podemos ver, centrarnos solo en la dieta es otro ejemplo de tirita o parche que no soluciona el problema. Si no me crees, solo tienes que echar un vistazo a la reducida tasa de éxito de la mayoría de dietas.

Nuestro cuerpo es un sistema complejo y holístico

Por esta razón, mi forma de trabajar con mis clientes no se limita a seguir un protocolo nutricional. Ni tampoco a decirles que tienen que hacer éste u otro tipo de ejercicio, meditar o comer más comida real. Por supuesto que todo esto es importantísimo. Pero si hay temas emocionales que trabajar, estos métodos acabarán por quedarse cortos.

Es por ello que muchas de las personas (por lo general mujeres) que acaban con fatiga adrenal o burnout, de repente sienten que están quemadas. Como si esto hubiese aparecido de la noche a la mañana. Cuando, de hecho, el terreno ya se estaba abonando durante muchos años. A menudo incluso desde la infancia.

Una mezcla de circunstancias vitales, una muerte en la familia, una relación estresante o no tener a nadie que te apoye. Incluso trabajar en algo que no te llena ni está alineado con tus valores es una receta casi infalible para la enfermedad.

Olvidarse de uno mismo

En psicología existe algo llamado “indefensión o impotencia aprendida”, que origina que muchos acabemos quemados. Es el comportamiento pasivo a la sensación subjetiva de que la situación está perdida, que no tenemos poder para cambiarla. Así que nos rendimos sin más.

Según Louise Hay, en su libro Usted Puede Sanar Su Vida, la fatiga adrenal tiene sus raíces en “rendirse con uno mismo” . Y en “dejar de cuidar de uno mismo”. Proviene de dar y dar en situaciones sin salida que, por mucho que lo intentes, no mejoran. Es una impresión que puede provenir de algún evento de la infancia. O bien que puede estar causado por una serie de factores que nos llevan a una sensación de impotencia cuando somos adultos.

El desarrollo de una enfermedad conlleva muchas capas. Y quizás nunca sepamos con exactitud cuáles son. Pero lo que sí es cierto es que, sea cual sea la enfermedad de la que estemos hablando, trabajar nuestra salud emocional es esencial para comenzar el proceso de sanación.

Por ello, siempre es importante trabajar con un profesional que comprenda que lo físico está conectado al “todo». Y eso incluye la parte emocional.

Así que para darte un empujón con tu salud emocional, me gustaría invitarte al training gratuito que nos ofrece Ana Vico, psicóloga y experta en inteligencia emocional. En él nos enseñará sus mejores trucos para entrenar la inteligencia emocional. Comienza el viernes 24 de marzo, y yo ya estoy dentro. ¿Te apuntas?

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