Guía definitiva de la slow cooker o crock-pot, parte 2Si todavía no lo has hecho, te invito a leer la primera parte de esta guía. En ella hemos compartido las principales razones por las que te podría resultar muy útil tener una crock-pot. Además, hemos hablado de los aspectos más importantes a la hora de elegir un modelo de slow cooker. Así como de una serie de claves para tener éxito en todas las cocciones que realices en ella.

Hoy seguimos conociendo más acerca del mundo de las ollas lentas. Y también te voy a dar algunos consejos que yo misma aplico cada día.

Tabla de conversión de tiempos de cocción en una crock-pot

Utiliza esta tabla de conversión como una guía indispensable para traducir los tiempos de cocción tradicionales a los tiempos para la crock-pot. Aunque todos los tiempos son aproximados.

Por ello, al hacer una receta por primera vez, asegúrate de anotar los tiempos de cocción. Así tendrás una referencia en el futuro. Y, en general, recuerda que una hora de cocción en high equivale a entre 2 y 2 horas y media en low.

Tiempos de receta convencional Tiempos en slow cooker en LOW
15 minutos 1 1/2 a 2 horas
20 minutos 2 a 3 horas
30 minutos 3 a 4 horas
45 minutos 5 a 6 horas
60 minutos 6 a 8 horas
90 minutos 8 a 9 horas
2 horas 9 a 10 horas
3 horas 12 horas o más

 


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Planificación de las comidas usando tu crock-pot

Cuando estamos decidiendo cómo y cuándo utilizar nuestra slow cooker, puede resultar útil hacerse un menú semanal.  Además, esto te puede ayudar a determinar si necesitas cocinar una comida con antelación usando tu crock-pot. O bien cómo utilizar las sobras para comidas durante la semana.

Por ejemplo, igual asas un pollo el domingo. Así que después de la comida, podrías usar los huesos para hacer un caldo. Y más tarde ese caldo se podría utilizar para hacer una sopa o un estofado la semana siguiente.

También tienes que recordar que ciertas recetas se cocinarán más rápido que otras. Por ejemplo, las que emplean carnes deshuesadas como la pechuga de pollo o lomo de cerdo frente a las que las que tienen hueso. O bien cuando cocinas la carne de vaca de pasto, que tarda más.

De manera general, para las recetas que requieren de más tiempo de cocción, lo mejor es comenzar su cocción por la noche, antes de acostarnos. Así tendrás tu plato listo a la mañana siguiente.

Secretos del slow cooking: una despensa bien preparada

No necesitas ser un gran chef para cocinar buena comida. Pero si eres una persona ocupada, una buena estrategia de supervivencia es tener la despensa bien abastecida. De esta manera, la preparación de tus comidas será sencilla. Y evitarás la frustración de encontrarte sin ingredientes.

De hecho, en casa todas las recetas que preparo dependen en gran parte en mi despensa. Por ello, a continuación voy a compartir contigo esa despensa a prueba de estrés, diseñada para todo tipo de elaboraciones culinarias. Y que consta de ingredientes versátiles que nos ofrecen combinaciones de sabor, variadas y deliciosas.

El congelador

CARNE: Carne para estofar, de vaca y cordero. También costillas de cerdo y de vaca y piezas grandes para asar. Por ejemplo ossobuco, solomillos y lomos de cerdo.

En cuanto al pollo, pechugas, muslos y contramuslos deshuesados. Además de carne picada, salchichas, huesos, carcasas, cuellos, patas, etc. Te servirán para hacer un buen caldo.

CALDO DE HUESOS: Los caldos de pollo, vaca o pescado son esenciales. Guarda tus caldos caseros, bien etiquetados, en el congelador. Así los podrás tener siempre a mano.

El frigorífico y las verduras

LOS HABITUALES: Mantequilla, crema agria, crème fraîche o yogur para salsas. Además de bacon o panceta para sopas y estofados.

SALSAS Y CONDIMENTOS: Tamari tradicional sin gluten, pastas de curry, salsa picante, salsa de pescado y mostaza.

FRUTAS Y HORTALIZAS: Ten siempre a mano repollo, berzas, patatas, boniatos, zanahorias, calabaza, cebollas, ajo, chalotas, manzanas y nabos. Así los podrás usar para sopas, platos vegetales y estofados.

También viene bien tener limones, limas, perejil y cilantro frescos. Además, las hierbas aromáticas frescas también se pueden congelar en bandejas de cubitos de hielo con aceite de oliva.

TOMATES: El tomate en todas sus formas es un ingrediente que utilizo con mucha frecuencia en mis recetas de crock-pot. Entre otros motivos, porque es tremendamente versátil y aporta un gran sabor. Además, podemos encontrar tomate natural en conserva, en una gran variedad de preparaciones. Tanto entero como troceado o triturado. No obstante, procura escoger los que vienen en botes de cristal o briks en lugar de los enlatados.

También es buena idea guardar tomate deshidratado y tomates secos en aceite de oliva. En ese sentido, el tomate concentrado es muy útil para evitar que las salsas queden demasiado diluidas. Y además mejora enormemente el perfil de sabor de cualquier plato, dándole ese toque umami tan difícil de describir. También recomiendo tener a mano unas buenas salsas o passatas de tomate para preparar unas sencillas pero deliciosas costillas o ragú.

QUESOS: Si consumes lácteos de leche cruda, te aconsejo tener algún queso curado, parmesano, queso de cabra, etc. para añadir en tus platos.

La Alacena

LECHE DE COCO: La leche de coco no es sólo un ingrediente clave en recetas de currys. También es ideal en sopas, purés y todo tipo de platos a la crema. Por ello, siempre procuro tener al menos 3 litros de leche de coco en la despensa.

Además, es importante que utilices leche de coco sin más ingredientes que coco y agua. Y preferiblemente que esté envasada en brick (evita la leche de coco enlatada).

ACEITES Y VINAGRES: En mis recetas de slow cooker habitualmente utilizo aceite de coco. Pero también otras grasas como el ghee y la manteca. Asimismo, me gusta tener siempre a mano una variedad de vinagres: de vino, de umeboshi, balsámico y de sidra de manzana.

ESPECIAS: Una de mis mayores pasiones en la cocina son las especias de todo tipo. Y son grandes aliadas para las recetas cocinadas en la crock-pot. Por ello, te recomiendo tener a mano curry en polvo, chiles, cúrcuma, comino, canela de Ceylan, cinco especias chinas, ras el hanout, nuez moscada, jengibre… Lo que más te guste. Y, para gustos, los colores.

CHOCOLATE: El cacao en polvo y el chocolate negro se utilizan en salsas mole y en chili con carne.

VARIOS: Pimientos del piquillo en conserva, chipotles en adobo, pescados en conserva, aceitunas y alcaparras, etc. Todos ellos son buenos ingredientes para añadir a salsas, sopas y estofados. En algunas recetas también es recomendable utilizar un espesante como la harina o el almidón de yuca.

Cuestiones de seguridad y optimización con la crock-pot

  • Nunca precalientes la olla cerámica antes de añadir tus ingredientes.
  • Al principio de la cocción, o para acelerar el proceso, cambia al programa high. En general, los tiempos de cocción en high son aproximadamente la mitad que en low. Además, una hora en high equivaldría a 2 – 2 horas y media en low.
  • Recuerda que la tapa de cristal puede calentarse mucho durante la cocción. Por tanto, es importante tener precaución al manipularla. Además, mantener la tapa bien cerrada durante la cocción es esencial para lograr un buen resultado.
  • Lo ideal es llenar la olla cerámica desde la mitad hasta no más de 3 cm debajo del borde. Por ello, lo mejor es llenarla entre 1/2 y 3/4 porque los elementos térmicos se encuentran en los laterales. De esta manera conseguirás una cocción más igualada. Y también evitarás derrames.
  • Algunas de las ollas cerámicas interiores se pueden usar en el horno. No obstante, NUNCA se pueden usar sobre la placa o el gas. Al igual que ocurre con cualquier cazuela cerámica, ésta se rompería al contacto directo con la fuente de calor. No obstante, antes de utilizarla, consulta las instrucciones del fabricante de tu slow cooker.

¿Tras leer esta guía piensas que te gustaría cocinar con una crock-pot? ¿Crees que podría ayudarte a servir en tu mesa comidas caseras, ricas y nutritivas, durante el ajetreo de la semana laboral? Si ya tienes una slow cooker, comparte con nosotros cómo ha cambiado tu forma de cocinar y tus experiencias con ella.

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